Representantes de diferentes colectivos profesionales y del mundo de la empresa han acudido recientemente a la jornada Ética de la ingeniería en el ámbito industrial. Por parte del COGITI Valencia acudieron Juan Medina, vocal primero de la Junta de Gobierno, y Juan Checa, gerente. La jornada se celebró en la ETSII de la UPV.
'Es importante cuidar nuestra filosofía de trabajo'
Juan Checa tomaba la palabra para recalcar que como ingenieros técnicos industriales “es importante cuidar nuestra filosofía de trabajo, los aspectos con los que nos enfrentamos a la sociedad porque al fin y al cabo, todo ingeniero está haciendo una labor pública reconocida por la legislación. Para el gerente del COGITI Valencia, “como colegio debemos vigilar los derechos de nuestros colegiados pero también las obligaciones con la que nos ha dotado esa legislación a través de la ética y de nuestros códigos deontológicos.
El gerente del COGITI Valencia, Juan Checa, durante su intervención.
Juan Medina acumula más de 25 años de experiencia profesional en diferentes campos: ingeniería de proyectos e ingeniería 3.0. También es docente, profesor de postgrado y dio clases en Florida Universitaria de Ética Profesional. Dentro del colegio, pertenece a las comisiones de trabajo con empresas y de trabajo industrial.
“Ética es dar un plus a nuestro trabajo”
Según explicaba Medina durante la jornada, “las normas nos obligan a cumplir unos contenidos mínimos. Me interesa la ética aplicada, la que llevamos a cabo cuando nadie nos ve y estamos en el día a día en nuestro trabajo: ética es dar un plus a nuestro trabajo, obrar de una manera que la normativa no exige, pero sí la honradez”. El vocal del COGITI Valencia traía a colación algo que le ocurrió en el primer proyecto en el que participó: “Me ofrecieron un 20 por ciento adicional a mis honorarios solo por escoger a un proveedor en concreto. Mi trabajo era negociar con todos los proveedores y elegir las mejores partidas. Uno de ellos me ofreció una cantidad para que le escogiese, y yo respondí que me estaba insultando. Y él, con toda la desfachatez, me dijo que le parecía muy bien, que estaba demostrando que estaba a lo que tenía que estar. En aquella época era una praxis habitual, pero denostaba nuestra profesión y eso me trajo noches sin dormir e incluso ganas de abandonarla”.
También a nivel político Medina tuvo problemas: “Me tocó hacer un estudio de ubicación de una planta industrial, me dieron abanico de localidades y empecé a contactar con departamentos de urbanismo de los ayuntamientos. En uno de ellos, la persona que me cogió el teléfono, y que no se identificó, me dijo que el alcalde tenía terrenos en el municipio y que eso se podía negociar. Cuando le afeé la conducta se echó atrás. Mi defensa fue no decírselo al cliente y cambiar a otra localidad”.
'Estoy orgulloso de decisiones que tomé en silencio porque no se las podía contar a nadie”.
Para Medina, “la ética ha sido, junto a la actitud ante la resolución de problemas, el elemento clave de mi trayectoria profesional. Funcionar con parámetros éticos de alto nivel ha hecho que mi desarrollo profesional en lo económico haya sido más lento y progresivo, pero me ha permitido crecer de una forma más estable”. Por eso concede tanta importancia al comportamiento ético: “Después de muchos años estoy orgulloso de decisiones que tomé en silencio porque no se las podía contar a nadie”.
El vocal de la junta del COGITI recuerda que hace cinco o diez años, “no se hablaba de emociones y actitud positiva. Si lo hacías eras un friki. Sin embargo, está demostrado que la ética genera productividad y que la actitud positiva multiplica los resultados. Si a eso le unimos nuestros conocimientos técnicos, podemos reducir el desempleo, mejorar la situación económica del entorno donde trabajamos… En este campo aún queda mucho por hacer”.