Quién no ha sufrido uno de esos días de intenso calor en verano donde, justo cuando llega la máxima ola de calor del verano, justo cuando se intensifica más la sensación de de falta de aire, se estropea el aire acondicionado de la oficina.
Quién no ha sufrido uno de esos días de crudo invierno, donde la temperatura exterior congela el aliento al exhalarlo, donde el aire que respiramos corta nuestra piel con sus afiladas cuchillas y justo cuando llegamos a casa, después de un arduo día de trabajo, pensando en resguardarnos del invernal frío bajo el abrigo de nuestro cálido hogar, no funciona la caldera.
Quién no ha sufrido uno de esos días en los que el tiempo apremia, en los que parece que todo el mundo se alía para que lleguemos tarde a nuestra oportunidad tan necesitada y perseguida, y justo, cuando nos montamos en el coche, éste no arranca.
Quién no ha sufrido uno de esos días en los que llevas semanas trabajando sobre un proyecto y estás a punto de terminarlo, cuando entra un virus en el ordenador y pierdes la información en la que has estado dedicando gran cantidad de horas de tu tiempo.
Quién no ha sufrido alguno de esos días en los que los elementos se alinean contra nosotros para que no podamos hacer aquello que queremos y/o necesitamos; quien no…
Ahora bien, nos hemos preguntado alguna vez ¿por qué nos ocurren estas fatalidades? Pensemos en que si hubiésemos hecho una copia de seguridad del ordenador, no hubiésemos perdido la información; en que si hubiésemos realizado la revisión completa del vehículo éste, hubiese arrancado; en que si hubiésemos realizado el mantenimiento de la caldera y el aire acondicionado durante su funcionamiento hubiera sido muy difícil que estos se estropearan justo cuando más lo necesitamos.
¿Quién no ha sufrido uno de esos días en los que el mundo se alía contra nosotros?
Pero, ¿es el mundo o somos nosotros mismo?
Previsión, planificación, anticipación, en general mantener las instalaciones en perfecto estado de funcionamiento, esto es para mí un mantenimiento, en concreto un mantenimiento preventivo, aquel que realiza las funciones tales que aseguran el funcionamiento de las instalaciones y/o detectan las irregularidades que pueden causar un mal funcionamiento de éstas. Tan sencillo como esto.
Tan sencillo y tan complicado como esto, porque ¿quién nos dice cuáles son las operaciones más adecuadas a realizar en cada una de las instalaciones? Es cierto que encontramos gran variedad de legislación que nos indica las operaciones de mantenimiento mínimo obligatorio a realizar en distintas tipologías de instalaciones, como por ejemplo, las instalaciones de climatización, protecciones contra incendios, ascensores, productos petrolíferos, aparatos a presión, instalaciones frigoríficas, etc…pero en la mayoría de ellas se reflejan las revisiones a realizar para conseguir un mínimo de seguridad y bienestar en el funcionamiento de las instalaciones. A éste mantenimiento mínimo legalmente obligatorio le llamamos mantenimiento técnico-legal y comprende todas aquellas operaciones que se reflejan en las distintas reglamentaciones que afectan a cada una de las distintas tipologías de instalaciones.
Pero el mantenimiento preventivo va más allá, ya que, además de comprobar que las instalaciones cumplen con los parámetros de seguridad y bienestar, y someter a éstas a diversas operaciones para comprobar su estado, deben medir lo más objetivamente posible aquellos parámetros que nos indiquen el funcionamiento de la instalación y nos ayuden a prever posibles disfunciones en éstas, para poder anticiparnos a una posible avería e incluso planificar la subsanación de ésta antes de que ocurra.
Ahora bien, ¿verdad que cuando te hacen un análisis de sangre viene pormenorizado y totalmente cuantificada toda la composición del corriente sanguíneo?, pero eso no quiere decir que nosotros seamos capaces de interpretar esa información y saber qué está ocurriendo en nuestro cuerpo, para eso están los médicos. Pues esto mismo pasa con las instalaciones, estas mediciones y/o pruebas que se realizan en el mantenimiento preventivo, además de realizarse por personal capacitado para ello (como la enfermera con la aguja), deben ser interpretados por personal con la suficiente experiencia y capacitación como para ofrecer una visión real y objetiva de la situación actual de la instalación, pudiendo prever futuras anomalías en ésta.
Por tanto, el mantenimiento preventivo no sólo son las operaciones y/o mediciones a realizar en los equipos si no que también comprende la interpretación de éstas a fin de prevenir, anticiparse y/o planificar posibles mal funcionamientos de ellas.